Blog de experiencias cotidianas. Te hablaré de libros, de cine, amor y desamor. Te hablaré de lo que hablamos todos.
Entradas populares
-
Los segundos gotean, la fuente que ayer contenía frutas verdes, se convirtió en un recipiente desbordándose de tiempo. No lo pude soportar. ...
-
Yo voy por ti. Tan natural como ir por un respiro cada vez, sin condición voy por ti. Tu piel es mi flor. Entre tu voz yo navego, embarcada ...
-
Tantos años soñando, tanta realidad que separa el idilio de lo oculto. https://youtu.be/rlrhkFvoRzo
-
Mirar al oriente es respirar distancia sentir el anhelo de atravesar los cerros y volar entre el azul de las piedras y el gris de la carr...
-
Fathers and Daughters (Italia, EUA, 2015) El fin de semana pasado, con mucho que hacer pero nada claro por decidir, sin más me pu...
-
Un respiro me puede llevar al otro extremo del puente o al precipicio de la angustia a la alegría de verte o a la sombra de dejarte a c...
-
Ni hoy ni nunca la lluvia tiene que venir a camuflar tus lágrimas. El pájaro que ayer pareció haberte sonreído con su canto no tiene por qu...
-
Doce fragmentos de ti, forman mi vida contigo. En cada fragmento hay un pedazo de corazón gastado, una cantidad de latidos disparados y un ...
-
Pienso la posibilidad Me conecto Sonrío y acepto Llego al lugar Te encuentro y te descubro Eres la emoción que se infiltrará en ...
-
Usé demasiado la memoria. Me la gasté de tanto recordarte, que fui a dar a una caja de cacharros obsoletos. Vacía y sola me encontré con otr...
miércoles, julio 13, 2016
¡Adaptación!
Adaptación es la palabra en este verano. Recién me he mudado a otra ciudad mucho más pequeña, lo cual tiene su encanto porque el ritmo de vida es mas pausado, las distancias más cortas, el cielo más azul. Aunque hay cosas que extrañas de una ciudad grande como la velocidad del internet, la inmediatez de ciertos servicios o el aire acondicionado. Soy fan del aire acondicionado! Nunca he sido una persona muy de ventanas abiertas, quiero decir, prefiero las ventanas cerradas al tener una particular relación conflictiva con el polvo. Me enfada su desfachatez de meterse así por todas partes, descarado, silencioso e invisible, tanto que cuando he regresado a casa hay una invasión en todos los objetos. Especialmente me pone mal tomar un libro, lleno de polvo, o querer usar un plato que tienes que lavar. En las ciudades pequeñas se vive con ventanas abiertas y me está costando mucho trabajo cederle paso a ese elemento en mi mesa, repisa, vajilla, hasta en los muñecos de peluche de mi hija. Apenas es la primer semana y creo desesperar. Y aunque esta vez mi entrada no estuvo nada literaria, para mí resulta liberador contarlo y quizá encontrar que no soy la única.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Hola Graciela pues efectivamente no eres la única, mi relación con el aire acondicionado es casi ya amorosa. Quizás no tanto por el polvo que si que es molesto, en mí caso el calor del verano y la polución de Madrid en estos días sin lluvias, invitan a tener las ventanas cerradas y una climatización que haga la vida más fácil. Un caluroso saludo desde Madrid Graciela y buena adaptación.
No soy la única! Gracias Miguel! Un abrazo de verano desde Saltillo, México.
Publicar un comentario