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domingo, noviembre 29, 2015

Corazones ocultos

A le dijo a B que no tenía tiempo para comprometerse ahora, que lamentaba no estar listo. Entonces B tomó su bolso y se fue.  Esperaba que el teléfono volviera a sonar, pero pasaron semanas. Nunca llamó. 
En el aeropuerto alguien le dijo a B que tenía todo el tiempo del mundo para acompañarle hasta que su vuelo con demora se abordara. Entonces tomaron varias tazas de café y se entretuvieron hablando del pasado. 
Cuando C le llamó a D y contestó, su avión estaba por despegar.  Le dijo tengo que colgar, no es el tiempo para hablar de eso ahora.  Te buscaré después. Y colgó mientras B se sentaba a su lado y sin conocerse empezaron a hablar de los contratiempos.
A y C compartieron un taxi un año después.
Alguien los vio de lejos y dijo qué par de locos mojándose en la lluvia.
B y D se conocieron, viajaron, se amaron y se separaron.
Alguien conoce mejor que yo su historia.
Los solitarios, no importa con qué letra comiencen sus nombres, salen a la calle con un corazón oculto que secretamente busca un encuentro.

She has no time

Lonely people
Tumble downwards
And my heart opens up to you


From She has no time, a song by Keane

jueves, noviembre 26, 2015

El ciclo de lo incierto

Mi kitsh, mi desorden, mi caos.  Mi quebrada voluntad esparcida. Horas que aparentan rutinas, ausencias que las desmienten. La incertidumbre tiene una imagen en esta tarde nublada. Soy el cuerpo de la soledad ante las hojas caídas, soy el reflejo perdido en el eterno retorno.  Me visto de equilibrista y sonrío ante la cuerda, cubro de ironía la caída, pero todo es un disfraz. Una situación temporal. Una apariencia feliz, mientras el ciclo termina y la vuelta comienza de nuevo. Entonces regreso a mi cuarto de objetos esparcidos, a la rutina de inventar el orden, a la tarde oscura y sola. El cielo desprende la lluvia en la ventana. Unas gotas de belleza entre tanto desconcierto, la dosis para volver a enfrentar el silencio.

miércoles, noviembre 25, 2015

De un instante

Deshago los nudos del temor, repasando en silencio mi respiro. Quiero entender que el vacío no es amenaza, que más bien se aprende a vivir así, buscando un sitio a donde dirigir el tiempo para llenar de luz la estación donde transito ahora. Con pasos inciertos pretendo cruzar el puente, pero mi respiración se quiebra, alguien me ha robado lo aprendido. Vivo el instante que no quiero, porque vivirlo se siente como morir.

jueves, noviembre 19, 2015

Los soñadores

De un tiempo para acá, del cielo llueven pequeños pedazos de mosaico. Cada pieza es un fragmento de una historia desprendida que no encuentra su lugar. El suelo ha comenzado a endurecerse, las flores a derribarse.  Y la música del viento es un crujir de pasos que pisan los mosaicos desatando los lamentos. La belleza está perdida. Sólo los soñadores pueden reconstruir el horizonte y volver a inventar un amanecer, lejano a la lluvia. Ellos curan las heridas del desprendimiento y tejen un nuevo manto para cubrir los huecos en el cielo.

miércoles, noviembre 18, 2015

Murakami y mi afición por los lugares no comunes


Leí su nombre cuando estaba de paso por una librería de Sanborns, hace más de un año, pero no me detuve lo suficiente para considerar quién era.  Haruki Murakami quien se presentaba en la estantería con una decena de libros, como quien te muestra en un catálogo todo lo que te quiere vender. Califiqué sin saber su lectura como snob, pero admití que los títulos de sus novelas eran seductores, al menos para mí que busco lugares no comunes en los nombres de las obras.  No lo compré de inmediato. Pero justo eso fue lo que me hizo volver a mirar en otra visita a la tienda y comprar la primera novela suya que yo leería, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, un libro de más de 900 páginas que me atrapó precisamente por la singularidad de las situaciones que narra. No sé si los títulos son una atinada estrategia de marketing o una intención literaria legítima, pero conmigo funcionó y ante la lectura avanzada de la Crónica del Pájaro… me declaré su lectora, de quien también leería Norwegian Wood y en lista de espera Los años de peregrinación del chico sin color. Murakami creo que es un escritor para la posmodernidad y los que no crean en ella tendrán que acostumbrarse. Si hay que subsistir como escritor, hay que ajustarse a las nuevas formas que incluirá incorporar nuevas tendencias globales sin dejar de hacer propuestas serias. Las mismas tendencias son las que todos los días tienen algo que decir de él. Las que le alaban o le disparan hacia muchos kilómetros de distancia del arte. Por lo pronto yo puedo resumir que si bien sus libros en la estantería no son precisamente una promesa, valió la pena el riesgo de acceder al impuso de una compra. En Murakami descubrí los lugares a donde quería llegar y que hace mucho no encontraba.

Dime qué opinas y hagamos un dialogo.

martes, noviembre 17, 2015

Vuelta al sol

 
 
 
En el cumpleaños de mi hija

Una vuelta más al sol contigo
rescatando mariposas
acumulando dibujos
haciendo llover la risa.
Alargas las horas sin cansancio
y al invierno lo vistes con bufanda de colores.
Defiendes al murciélago
platicas con la araña
das de comer a la ardilla
o le cantas al pez que ya se ha ido.
Música de mi casa
sonrisa cuando duermes
ojitos de esperanza
Hoy inicia otro paseo por tu mundo.


lunes, noviembre 16, 2015

Casualidad en una taza de café


Era una tarde sin sol y mi café parecía más oscuro, cuando al levantar la mirada lo vi frente a mí asomándose también hacia el fondo de la taza.  Qué busca, pregunté asombrada al reconocer su rostro. Busco a Tomás y a Teresa. Los perdí hace años. Dime dónde debo buscarlos, al verte mirar en el café me pareciste una buscadora de personajes perdidos ¿lo eres? Soy más bien una buscadora de escritores perdidos, le dije, pero usted no es un escritor olvidado. El mundo entero sabe quien es. Él contestó, hace años que pienso sólo en ellos. Los dejé ir antes de tiempo, heredándome un insufrible peso que trato de disimular. Dime cómo encontrarlos, sé que me has leído y que también te has preguntado por qué mis textos reflejan una distancia entre mi alma y mi cuerpo. No supe qué responder, pero con la mirada lo guie nuevamente hacia el fondo de la taza. Supe que Tomás y Teresa jamás regresarían. Entonces dije, busquemos la levedad perdida en la belleza de la casualidad.

viernes, noviembre 13, 2015

Espera de aeropuerto


Los aeropuertos son depósitos de instantes. Lugares enclavados que con los años envejecen envueltos en la fachada de su época. Siempre despiertos, con ojos invisibles pero alertas.  Donde todo puede suceder, desde un delito hasta la situación más cursi.  A diario se dan cita las mentiras, los negocios, los abrazos y las pérdidas.  La misma gente que llega es la misma que se va, lo único que cambia es la forma del rostro, con el mismo color de las maletas, el mismo abrigo, la misma sombra.  Y en medio del oleaje interminable de presencias, se escucha esa música de fondo que jamás se apaga.  La música del movimiento en los salones de espera. La respiración de la prisa hace ritmo con los pasos, el silencio de la indiferencia es la pausa después de lamentar la despedida. La risa del encuentro es el preludio de los amorosos. Y así cada cosa lleva su resonancia.  Ni yo misma me percato del sonido de mi vida pasando por un aeropuerto más.  Pero ahí se queda como un eco, repitiendo tiempos hasta que llegue otro cuerpo y me desplace.  Siempre los mismos cuerpos, sólo cambian las caras.

 

martes, noviembre 10, 2015

El futuro en color sepia


 

Parece mentira que siendo Space Oddity una canción compuesta por David Bowie, que salió a la luz en 1969 y que fue mayormente conocida en 1975, yo nunca le hubiera puesto atención. Tuve que pasar por toda la melomanía de los ochenta, mi sobreactuado acercamiento al rock de los noventa y mis intenciones alternativas a partir del 2000, para llegar hasta el año 2013 y ver en un DVD la película Eva.  Sé que hubiera llegado a mí tarde o temprano, pero llegó en esa escena en la que un aparentemente derrotado Alex (Daniel Brühl) cobra fuerza en los acordes principales y se dispone a bailar con Lana (Marta Etura) haciendo a un lado a su aparente pareja. Aunque la película no es muy conocida, la escena me pareció encantadora, ambientada en un color casi sepia, donde el futuro parece estar envuelto en algo viejo. Una escena en el futuro con una canción del pasado.   A partir de ese momento Space Odditty se convirtió en el leitmotiv de mi vida, curiosamente no tiene nada que ver con mi pasado personal, no crecí con ella, no tiene una letra con la que identifique cierta experiencia, ni tampoco viví un momento especial al escucharla.  Pero Space Oddity es eso, una canción del pasado que se me presentó en el futuro, envuelta en un color nostálgico y oliendo a madera. Eso la vuelve para mí inolvidable.