A le dijo a B que no
tenía tiempo para comprometerse ahora, que lamentaba no estar listo. Entonces B
tomó su bolso y se fue. Esperaba que el
teléfono volviera a sonar, pero pasaron semanas. Nunca llamó.
En el aeropuerto
alguien le dijo a B que tenía todo el tiempo del mundo para acompañarle hasta
que su vuelo con demora se abordara. Entonces tomaron varias tazas de café y se
entretuvieron hablando del pasado.
Cuando C le llamó a D y contestó,
su avión estaba por despegar. Le
dijo tengo que colgar, no es el tiempo para hablar de eso ahora. Te buscaré después. Y colgó mientras B se
sentaba a su lado y sin conocerse empezaron a hablar de los contratiempos.
A y C compartieron un
taxi un año después.
Alguien los vio de
lejos y dijo qué par de locos mojándose en la lluvia.
B y D se conocieron,
viajaron, se amaron y se separaron.
Alguien conoce mejor que
yo su historia.
Los solitarios, no
importa con qué letra comiencen sus nombres, salen a la calle con un corazón
oculto que secretamente busca un encuentro.