Un manejo aceptable de los hechos, sería que me dijeras que te vas y yo te diera la bendición en la ventana, después de haber brindado por un amor acabado, por una soledad recién llegada.
Un final aceptable de la historia, sería encontrar la plenitud en esta casa, disfrutar de los ocasos y de un perpetuo otoño.
Pero más allá de los destinos o del punto donde tenga que acabar este trayecto, lo inerte me parecerá aburrido y lo sereno me parecerá incierto.
Entonces seré capaz de reniventar, de cambiarle la escena a la ventana, reemplazando tu figura diciendo adiós por un árbol que quiera florecer. Que de un brindis sucedan fuentes de agua, que traigan la vida, que hagan arcoiris con la luz y espanten la ausencia. Que el naranja del ocaso multiplique resplandores que espanten las sombras y sea la primavera.
Eso sería un manejo aceptable de mi vida si te fueras.
Blog de experiencias cotidianas. Te hablaré de libros, de cine, amor y desamor. Te hablaré de lo que hablamos todos.
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