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sábado, julio 09, 2016

Sola en Irun

Me dijiste, a las 8 en la estación.  El tren sale a las 10, pero antes de partir tomemos con calma un café, que en casa no tendré tiempo de nada. Y llegué puntual, con mi mochila de ocho kilos, las botas puestas y el corazón para esperarte. Cuando el reloj me molestó con dudas, te marqué. Tu teléfono apagado me hizo alucinar, se quedaría dormido?, habrá tomado algo?, dónde está? No sé si alguien más ha vivido ese momento, o es un desvarío propio y recurrente cuando la escena donde te encuentras comienza a girar al alrededor, como si en el centro se agolparan todas las palabras, se aglutinaran todas las emociones y una voz en off dijera, muévete, reacciona, toma una decisión ahora. Después de muchos intentos fallidos en llamarte, cuando me senté para pensar, dos palabras en el whatsapp me aclararon el contexto.  No iré. Y entiendo que parecerá predecible pero bastó ese mensaje para regresar a la voz en off y hacerle caso. Me subí al tren. El vuelco de lo no esperado quizá me hizo dormir. No, para ser sincera no fue eso, fue la pastilla de emergencia que siempre llevo en el bolso, Desperté en otra estación. Sola. Ya no tenía mas pastillas para darme valor.  Lo que tenía era la vida de frente. Esperando que yo actuara. Llegué a Irun y comencé a caminar.  Unos pasos adelante las flechas amarillas me indicarían el camino. Mi destino hacia el símbolo de una concha.

2 comentarios:

Miguel Pina dijo...

Hola Graciela, como decías en una entrada anterior en tu blog en referencia al comienzo de Internet, me llegó este escrito por casualidad y por cosas de la interconexión mundial. En todo caso felicitarte por tus cuidadas letras y por este fantástico relato que si no me equivoco tiene como destino final la ciudad de Santiago de Compostela.
Te mando un gran saludo desde España.

Graciela Garza dijo...

Gracias Miguel. Es un placer leerte! Agradezco siempre a las personas que me regalan su tiempo para leer un poco de lo que escribo. Sí, el destino en este texto es Santiago de Compostela. Lugar en el que nunca he estado, pero alguna vez sí estuve en Irun y conozco un poco de esas flechas amarillas. Espero hacer el camino a Santiago algún día. Gracias otra vez por pasar por mi blog!