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jueves, junio 30, 2016

Haz un esfuerzo y detente

Que mis ojos te han seguido tanto tiempo, por favor detente y déjame contarte con miradas que toda esta piel de cielo la fuiste transformando, yo sé, sin proponértelo. Esta secuencia lleva mucho de admitida, entre mis pasos, tu ruta y mis tropiezos.  En silencio te he deseado y he besado tus cabellos kilómetros atrás, sabiendo que cada intención hacia ti me acercaría.  Pero por un momento, ponle atención a mi presencia, al lenguaje mudo de mis manos, a la callada sombra que te sigue. Si un ápice de ti no se siente interesado, comprenderé que dar media vuelta y seguir en tu empeño es lo que siempre estuvo destinado. Pero no voy a llegar a casa con los brazos caídos sin que al menos me hubieras escuchado.  Detente, que he encendido la lámpara y la cafetera para contarte el silencio. Que la noche de grillos nos aguarda y yo espero que comprendas mi secreto.

miércoles, junio 29, 2016

Nothing is too wonderful to be true

Aquella noche salía de una tienda de café, la brisa del verano me hizo llamarte. En otra circunstancia no lo hubiera hecho, no suelo ser tan valiente como para marcar el teléfono y tomar la iniciativa, pero una amiga insistente me dijo no pierdes nada.  Otra vez mi voz de tonta, tartamudeando un poco. Y tú con esa claridad suave que transitaba desde mis oídos, me dijiste va.  Quedamos mas tarde en tu casa, yo llevaría mas café y tú seleccionarías la música.  Hablamos de todo, de viajes, de sueños, hasta del pasado que no siempre es cómodo, con intentos de abordarme, de buscar pretextos para tocar mi brazo, de buscar palabras para acercar tu boca. Los acordes de Eric Clapton en Wonderful Tonight fueron culminantes para invitarme a bailar, un manantial de estrellas empezó a fluir sobre mi cuerpo, en silencio pensé, valió la pena tomar la iniciativa para llegar hasta aquí, en un mundo donde afuera pasaba todo pero nada importaba, sólo la suavidad de acompasar mi cuerpo al tuyo en ese fragmento de tiempo. Hasta que en medio de un beso lo rompiste todo.  Dijiste salgo con otra. No debes estar aquí. Y al soltarme caí por el manantial convertido en cascada. Las estrellas se convirtieron en piedras de un asteroide destrozado encima de la corriente, golpeando mi cuerpo, acabando con la escena estelar, dejándome a la deriva.  Me pediste que me fuera.  Y me enfrenté sola a la realidad de la calle, donde no hay estrellas, ni luz, ni universos paralelos que se alineen a la desdicha. No era el fin del mundo no, ni el exterminio de una causa perdida, pero para una mujer de 35 años buscando con intensidad el amor fue como tocar fondo a todas sus historias fracasadas. Puede ser tan dramático como se quiera, aunque sólo sea una situación inconclusa que no llegó ni siquiera a ser amor. Pero ni Eric Clapton con todos sus acordes pudo consolarme. Es verdad que en ocasiones, ciertas veladas llenas de luz, terminan absurdamente oscuras.

jueves, junio 23, 2016

Elementos del olvido

La piel del abandono
es seca como el otoño
sepia como el tabaco
capaz de envenenar la punta de la lengua
al paso de un beso con intención de olvido
En el espacio de la emoción desplazada
la rugosa capa de la ausencia
se desgarra en estrías de intenciones
sobre un baile lento
cruel y suave
entre el anhelo y el desdén





miércoles, junio 22, 2016

Todo vuelve a redundar en el deseo

Tu piel de avellana me confunde
la arena es nada
eres ocaso detrás de un tul
Despierto y no distingo el horizonte
a razón de memorias voy delineando la suave duna
hasta revolcar en la caída sublime de tu apego
y perder otra vez la noción de este desierto
Como una hormiga en su universo pequeño, 
vuelvo a empezar sobre los granos de azúcar de un deseo

lunes, junio 20, 2016

Vida o sueño

En cualquier momento, un símbolo me llevará hasta ti.  Una hoja caída que yo siga en  la tarde puede que me conduzca hasta donde tus pies descansen.  La nube anticipada de la lluvia puede enviarme hasta el refugio de tus ojos.  También he pensado unirme a una fila de hormigas, al silencio de las mariposas, a la ruta del tren.  O quizá a la bruma, que cuando al despejarse te encuentre.  Cada momento, un fragmento y cada fragmento mi vida, o el sueño.  No lo sé.

jueves, junio 16, 2016

Postales

Dejaste la taza de café junto a mi libro y se detuvo el tiempo, porque yo también me fui y jamás regresé.  Preferí olvidarme del libro y de ti.  Y de las noches ocupadas por bruma y letras, saturadas de historias que nunca sucederían, porque dijiste muchas veces que no al futuro.  Que no a mis pasos que se acercaban a tus ojos.  Que no a mi propuesta de llenar los espacios con postales de momentos juntos. Dejaste el cielo artificial de nuestro estudio y las flores marchitaron esa tarde.  Y me marché. Quizá a buscar otras postales para llenar el centro vacío de mi vida.

martes, junio 14, 2016

El camino, la noche rota y mi desdibujo

Y en ese camino, cuando desperté en la cama sin el refugio que escondió mi cara, sola y con la noche rota, nunca queda otra opción que enfrentarse a la ansiedad.  Batallas recurrentes, que distinto a lo que se piensa, no te hacen mas fuerte.  Sólo acrecientan el temor.   Tomar agua, mirarme al espejo, esperar el movimiento de la luna que me diga que las horas van pasando y que pronto tendrá que amanecer, son mis manías respecto al tiempo. Como el momento en el cine, en que busqué de varias formas transformarme para ti. Tan opuesta a tu naturaleza simple y entusiasta, tan avergonzada de mi propio estado, tanto que me desdibujo y me vuelvo a colocar en el espacio, moviéndome hacia la aceptación de tu sonrisa, hacia ese refugio imaginado, lugar de deseo junto a ti.

El suéter negro, las gafas y mi demora

Desde un sueño, sentados en la fila veinte de un cine, tú con un suéter negro con cuello de tortuga y yo como siempre preocupada por saber como luzco, qué te parezco.  Hablas y te mueves con naturalidad, mientras que yo intento ser graciosa. El esperado intermedio me arrebata y como en otras ocasiones me da para huir hacia el baño, buscar el espejo y reconocer mi rostro, cambiar mi peinado, regresar en otro tono.  Tanto, que cuando he regresado te has ido y me culpo, como siempre, por la demora.  Camino hacia la salida del cine donde me esperas, con tus gafas un poco chuecas.  Un abrazo, entre tímido y apremiante me hace refugiarme entre los hilos de tu suéter. Entonces ya no sé mas de ti ni de mí.  Hay un camino hacia la noche del que hubiera deseado no despertar.