Una vez en la luna, descargué mis pilas y decidí perderme horas, días, meses, lo que fuera.
Una vez en la luna decidí regresar.
Hoy tengo recuerdos de esos días
y un recuerdo sobre la levedad me seduce
mientras cargo bolso, mochila, lap top y cien pensamientos absurdos.
Una vez en la tierra, me quisiera marchar.
2 comentarios:
La luna, siempre fuente de inspiración. Bello y sutil texto.
Saludos Graciela.
Gracias Miguel, como siempre!
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