Hace algunas semanas, por cuestiones de trabajo, le he dado vueltas y vueltas a lo que significa un proceso de transformación. Y no doy con lo que tengo que hacer o hacia donde tengo que llegar. Hace algunas horas pensé que no doy o no llego porque para poder proponer un proceso que involucra personas, esencia, cultura, debo comenzar por mi propia transformación. Y en eso estoy en cero. Transformar, bendita palabra. Cómo convertirse en algo mejor, cómo reinventarse, como pintarse de colores diferentes, sin dejar de ser uno mismo, para que la propuesta sea creíble. Tengo dudas serias y pensamientos existencialistas. Cómo voy a ser el ejemplo de la transformación si mi vida es enteramente subjetiva, dispersa, anti sistemática. El espíritu olvidado de mi verano (como decía Amaral) es una consigna sin resolver.
3 comentarios:
Tal ves el título del post está muy literario y yo salí con un pensamiento personal. Prometo escribir algo mas inspirador en la siguiente entrada :)
Transformación, palabra clave en las sucesos vitales.
Aunque no venga muy al caso, la política debería ser, el método para transformar a la sociedad en algo mejor, que lastima que la politica la dirijan los políticos. Bromas aparte, es un fiel reflejo de tu personalidad el hecho de reflexionar en torno a la transformación personal.
Un gran saludo Gabriela.
Gracias Miguel como siempre por detenerte a leer. Un abrazo.
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