Un corazón se rompe en cinco partes.
1. El trato. Tantas veces lo discutiste, la resistencia por decir no me trates más así, no quiero esto para mi vida, te convierte en loco, porque aparentemente nadie te trata mal, todo está en tu cabeza y es tu interpretación, porque no sabes discutir, porque tu inmadurez no te permite solucionar el tema sabiamente. Esta parte del corazón que suele ser la izquierda superior, es la primera que advierte una fractura, pero le pones banditas pensando que sí, debes estar loco y que el daño te lo causas tú solo.
2. El engaño. Te han engañado y te sientes la persona mas estúpida del mundo. No hay manera de no sentirlo, pero sí de convertir tu estupidez en fuerza y hacerte cargo de ti mismo para no volver a pasar por la misma situación. Esta parte es la superior derecha, cae en segundo y es uno de los lados que mas pesa.
3. La prioridad. Estuviste en el lugar número tres, cinco, veinte. Y no quisiste verlo. O tal vez lo viste, lo discutiste y nada cambió. Cuando ves que nada cambia la parte inferior izquierda se rompe por completo y lejos de ser una tragedia, podría ser tu propia liberación.
4. El descaro. La situación fue más allá de una traición, careció de los valores más básicos, las personas que lo provocaron no tienen idea de lo que es la integridad, para ellos lo que sucede es porque tendría que pasar, porque hay fuerzas arrebatadoras, destinos desmedidos. Nada de eso puede justificar que la parte inferior y central del corazón se desplome.
5. La indiferencia. Porque es fácil evadir. Porque es más cómodo no mirar al que está al lado sufriendo, ofreciendo hasta el fin el poco corazón destruido que le queda y recibir a cambio mensajes sin contestar, ausencias permanentes, juicios insanos. La parte inferior derecha del corazón es la última en caer porque se mantiene como soldado hasta el final en una guerra tan sucia como el alma de tu enemigo.
Si tu corazón se ha roto en cinco partes, levántalo del suelo, abrázalo y sal de ahí con dignidad. Busca otro lugar para reconstruirlo. Una voz interior estará diciéndote todo lo malo que has hecho, pero es sólo el eco de los cinco años, que se fueron al caer el último pedazo.