Nosotros
parecíamos felices. Aunque de sobra se sabe que el concepto de ser feliz cada
uno lo inventa a su manera. La palabra felicidad, si bien tiene una interpretación,
se aleja mucho de un significado colectivo. Parecíamos felices, según el ojo de la vecina
en la ventana. O el perro que nos movía
la cola al vernos. A la salida del cine.
Al ver la televisión. Hasta yo pensé que
éramos felices, por el simple hecho de sabernos juntos. Sí, la vida es una interpretación. Mi lectura
no era la de una vida perfecta pero había continuidad y cariño. Asumí una
lectura similar en tu cabeza. Y una
mañana se fue la mitad de mi interpretación.
Te fuiste tú y yo me quedé sin sentir nada. No sé qué significa sentir nada. No sé si mi emoción está detenida en un
periodo de espera, o si de plano ya llegó el futuro con un dedo imperativo que
me dice, tú estás sola. Me asaltan tres
palabras que en silencio repito, como para ubicarme en el tiempo, entre lo que
fue y lo que se le acercaba a lo real.
Nosotros parecíamos felices.
Blog de experiencias cotidianas. Te hablaré de libros, de cine, amor y desamor. Te hablaré de lo que hablamos todos.
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