El día que vengan otras mariposas, ya no las de la panza, ni las de la emoción inesperada, vendrá el sabor de otra tarde, cuando sentada en un último escalón me pregunte ¿y ahora qué hago?
Y todas las quejas cobrarán memoria y vendrán en venganza a reclamarme injustos abandonos de otros tiempos.
Extenderé los brazos, dejaré que la lluvia o los insectos se posen, así como los recuerdos y las palabras viejas.
Rendida mi emoción, mi latido o mis tinieblas, desde ahora ya estoy lista, soy ahora rama y viento, pueden llevarme a donde sea.
Blog de experiencias cotidianas. Te hablaré de libros, de cine, amor y desamor. Te hablaré de lo que hablamos todos.
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