En otras vidas, la vida fue romántica locura. Algo más que solamente ir a la oficina. La noche no era problema, el día era en sí la obligación. Corriendo por un túnel que simulaba las horas, hasta la puerta que prometía recompensas, hallazgos, sueños, amores, si se les podía llamar amores... la vida era tan fugaz. Si me caía me reía, o en el silencio lloraba. Pero la risa o el llanto eran la misma pasión. El respiro profundo. La vida breve. Dormir o no dormir, eso no importaba. Se trataba de sentir. Hoy la vida es otra clase de locura, duerme a mi lado la ansiedad y es tan intensa, ya no tan divertida. Es pesada sensatez, es reproche de lo absurdo, tan absurdo que no alcanzo a comprender porque le permito tenerla tan cerca. Hay noches que sueño con el túnel aquel que simulaba las horas, llevándome hacia otra puerta, donde el mar y la brisa tranquilizan la velocidad de mis pensamientos, ansiosos, sombríos, absurdamente perseverantes en el tiempo.
Blog de experiencias cotidianas. Te hablaré de libros, de cine, amor y desamor. Te hablaré de lo que hablamos todos.
Entradas populares
-
Un lapso Hojas caídas Último sol La vida se mueve Y yo me detengo El pecho obedece a un extravío Me cuesta respirar Me acuso de...
-
Ligera, como una exhalación de cigarrillo, o el color tenue de un reflejo, como la frescura que después de una noche crece con la mañana. ...
-
Con mi piel de sombra Bordaré tu cuerpo entre hilos de memorias Me adhiero a ti Y apenas me percibes Es así como pretendo este amor Ent...
2 comentarios:
Hola! Tienes razón, la sociedad de hoy nos lleva a vivir una vida rápida que nos hace estar en continua preocupación.
Un saludo, me ha gustado mucho.
:))
Gracias María por tu comentario y por leer! Sí, yo soy una de esas personas que tú mencionas :)
Publicar un comentario