Ni hoy ni nunca la lluvia tiene que venir a camuflar tus lágrimas. El pájaro que ayer pareció haberte sonreído con su canto no tiene por qué volver. La rosa marchitará mañana. Y así como esperaste en el café de la esquina a que viniera por ti sin haber aparecido, es probable que la tarde empiece a desdibujar su figura de tu lado. No esperes que las palabras sean promesas, ni que las promesas se cumplan. Aún el mas cálido y loco amor, se congela en el invierno. No esperes otra luna. No esperes otro beso. No esperes que alguien venga para acariciar tu frente. Espera nada y todo lo que no es nada, unirá poco a poco tus pedazos, llevará tiempo, pero un día al mirarte en el espejo, estarás entero.
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